Salimos a observar, y esto encontramos.



El grupo de Gobierno, alcaldía mayor y secretarías, realizó hace dos semanas un proyecto para conocer de primera mano la situación de los vendedores ambulantes en la ciudad y corroborar si las medidas tomadas respecto al espacio público, por parte de la alcaldía, son útiles. Después de realizar el trabajo en campo, caminando y haciendo observación sobre cuantos vendedores formales o informales hay en el espacio público, en la calle 19 desde la tercera hasta la Caracas y en la calle 72 entre séptima y caracas, aquí les compartimos los resultados, el análisis realizado y las conclusiones a las que llegamos.

Descripción de resultados.

1) Falta de supervisión por parte de policías en la 19 (razón por la cual hay más vendedores informales que en la 72).
2) La limpieza del lugar público depende mucho del sector y del estrato en el que esté ubicado. 
3) Las casetas metálicas de la 72 se encontraban en un mejor estado y vendían mejores productos que las de la 19 (en algunas vimos que tenían una mesa con diferentes cafeteras, y en otras casetas vendían hasta carteras de mujer).
4) Por la 19 después de la 7 se evidenció el aumento de los vendedores ambulantes.
5) En la 72 hay menor número de casetas metálicas que en la 19.


Análisis.

El ejercicio de observación tenía como finalidad mostrar si realmente se ha realizado la recuperación del espacio público en varios puntos de Bogotá, ya que la ciudadanía considera que esta medida de la actual administración afecta a los vendedores informales que usan el espacio público de manera no autorizada.

Esta medida la percibimos como un tema coyuntural debido a que ha sido causante de múltiples tensiones en la actualidad de la capital, no solo se han hecho evidentes movilizaciones de los colectivos que representan a los vendedores informales, sino que esta medida ha sido uno de los principales argumentos de los múltiples grupos que proponen la revocatoria del actual alcalde, alegando que en las políticas de la actual administración no se tiene en cuenta el bienestar de los habitantes de la capital.

Aparte de lo anteriormente mencionado, la observación dio cuenta de una situación preocupante y es que mayormente la población que se ve afectada por esta medida pertenece a la tercera edad, una población vulnerable que no posee oportunidades laborales estables y que no cuenta con ventajas tales como una pensión. Esta situación merece una evaluación y una intervención mejor planeada por parte de la alcaldía que logre dar solución a la ocupación del espacio público y a las necesidades laborales de esta población.



Conclusiones.
Después de realizar la salida de campo en la calle 19 y la calle 72, y analizar los datos recogidos por los observadores, podemos concluir que:

1. Las alcaldías mayores de Bogotá junto con la secretaría de medio ambiente han recuperado los espacios públicos que en otro momento estaban llenos de vendedores de diferentes productos.

2. Aunque a lo largo de la calle 19 se ha recuperado espacio, los vendedores siguen insistiendo en tomar algunas calles para tener el sustento diario, sin importar que cada día los policías los hagan retirarse de la calle. 

3. La falta de oportunidades laborales en la ciudad, sobre todo para los adultos mayores, genera la necesidad de buscar algún sustento, y como observamos la mayoría de dueños de las llamadas “chazas” son adultos mayores. Esto da paso a preguntarse ¿Qué está haciendo la alcaldía mayor (y quizás el gobierno nacional) para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores de la ciudad? ¿si la alcaldía no quiere más vendedores informales ni chazas “ilegales”, por qué no se ocupa de la revisión de la calidad de vida de los ciudadanos con menos calidad de vida y malas condiciones económicas?

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