Conclusiones

Imagen tomada de: http://bit.ly/1alVOzA
A lo largo del blog presentamos diversas situaciones y acontecimientos que marcaron el ámbito político y determinaron el accionar de la administración distrital, de allí partimos para realizar semanalmente análisis críticos que permitieron a los integrantes del grupo y esperamos que a nuestros lectores entender las principales discusiones y hechos relacionados con la política y la administración pública de la ciudad.
Estructurar un compendio de bitácoras y analizar los dicho allí sumado al contexto de la opinión pública nos ha permitido señalar ciertos aspectos esenciales que permiten entender el accionar político y su función hoy en la administración de Bogotá. Podemos comenzar señalando que existe una crisis política dentro del Gobierno de la Bogotá Humana; no es gratuito que hasta la fecha hayan renunciado casi un veintena de altos funcionarios sumado las peleas tanto internas como alrededor del Progresismo, movimiento político que recientemente pacto una alianza con el Partido Verde que venía de la Unidad Nacional. Pero allí tampoco encontraron la estabilidad política que estaban buscando y la plataforma política para consolidarse como partido, esta vez se están enfrentando en una lucha política por definir quién es el “mandamás” y quién se queda con la candidatura presidencial, súmele a esto los constantes enfrentamientos entre los antiguos integrantes del Partido Verde y los foráneos del Progresismo.
Asimismo es necesario mencionar que respecto a la función pública la alcaldía progresista no logra desarrollar sus principales banderas, medidas tomadas como la falsa rebaja del TransMilenio –en Agosto de 2012-, que en realidad represento fue un maquillaje de las tarifas básicas del transporte, el tambaleante plan de “Basuras Cero” que de por sí tiene en vilo la continuación del alcalde y un proceso de destitución en la procuraduría, el mal manejo que le ha dado a la implementación del SITP, que a la fecha está en un 40%  de desarrollo en la implementación, su cuestionado y confrontado Plan de Ordenamiento territorial decretado sin el consenso del Concejo distrital y el a la fecha proceso de revocatoria que también amenaza con tumbar la alcaldía progresista; estos son hechos que permiten concluir que el gobierno progresista sufre una crisis política, pero además es necesario mencionar que la crisis política no es gratuita, obedece al mal manejo y la falta de control político del alcalde, que al parecer y como lo señala gran parte de la opinión pública “le ha quedado grande gobernar Bogotá”.

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