Como grupo durante este proceso en el que se realizó un estudio meticuloso de algunos de los aspectos más importantes a nivel político y administrativos en el distrito, pudimos observar como por momentos se gestan ciertas posturas que cambian y fluctúan de acuerdo a la creación de nuevas coyunturas o en la creación de nuevas categorías al interior de las mismas, lo interesante es que estos cambios y fluctuaciones en muchas ocasiones duran lo mismo que persisten las coyunturas, demostrando de esta manera que los intereses en la ciudad en muchas ocasiones se mueven más por intereses particulares, que por intereses comunes.
Bogotá como tal es una ciudad que tiene un activismo político muy fuerte, pero que desafortunadamente no es del todo bien definido, bien sea por lo cambiante de las diferentes posturas políticas o bien por intereses “oscuros”, que lo que buscan es la desarticulación de la ciudad. Entendemos que la desarticulación de la ciudad es una de las causantes de las constantes perdidas de dinero que se presentan en el distrito, porque no permiten que como tal haya una conexión clara entre el distrito y la ciudadanía, y es esto lo que se debe combatir desde el distrito, siempre buscando una mejora en la articulación de los distintos factores que hacen de esta ciudad, la ciudad económicamente más importante del país.
Creemos que gracias al estudio realizado hemos logrado uno de los propósitos principales que se idearon al conformar este grupo de análisis, el propósito era hacer un análisis crítico y que lo propuesto desde el mismo fuese visto siempre como una crítica constructiva, que tenía como finalidad el mejoramiento de la discusión acerca de temas vitales en el distrito, porque entendemos que el dialogo y la concertación desde posturas bien definidas son los motores que realmente le pueden dar un actividad coherente o tan siquiera bien definida a la política en general, pero siempre moviéndose dentro de las lógicas que se supone se deben manejar en la política, es decir: lógicas de retórica y de confrontación, siempre en busca de lo mejor para la comunidad y no bajo intereses particulares.
Al cabo de estás semanas salimos conformes porque entendemos que nuestro análisis no fue superfluo, sino todo lo contrario, muy específico, y pensado desde la perspectiva que dicta “que lo mejor para la ciudad es lo mejor para los ciudadanos” y en este caso hemos conseguido reconocer la maleabilidad delapolítica y en general de las posturas en diferentes coyunturas, lo cual nos permite tener una visión panorámica más completa de la denominada “realidad social” en Bogotá.
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