Resultados
Fundación Proyecto unión
Comedor María es mi madre.
Llegamos a la zona cerca de las 10:30 a.m y ya habían ancianos (alrededor de unos 20) haciendo fila para entrar al comedor; este se encuentra en una zona considerada como “vulnerable”, frente a él hay una unidad residencial y cerca también hay oficinas y panaderías. Se nota la diferencia de estrato entre la unidad residencial y las oficinas con el barrio al que pertenece el comedor comunitario, y además el rechazo social que las personas tienen frente a los ancianos habitantes de la calle.
Después de media hora es decir a las 11:00 a.m aumentó el número de ancianos donde predominaban los hombres.
Salió una mujer con bata blanca, de aproximadamente unos 35 años, quien llevaba unas fichas enumeradas en las manos, y las repartía a los ancianos que hacían la fila. La gente iba entrando a la casa en la medida en que recibían la ficha y pagaban $200 pesos por el almuerzo, cuando los ancianos terminaban de almorzar, la mujer de la bata recogía las fichas y las lleva nuevamente a las personas que seguian haciendo fila.
Cuando entramos, el lugar estaba bien arreglado y limpio, propicio para tener un ambiente agradable donde comer y además los platos de comida eran de un tamaño grande y estaban compuestos de: arroz, sopa de menudencias, papa, yuca y jugo natural. Las personas que estaban cocinando tenían el uniforme requerido para tener una higiene adecuada como los gorros para el pelo y la bata blanca.
Todos los ancianos son habitantes de la calle, según la señora con quien conversamos; la misma que salía a repartir las fichas. Supimos de ella, que el comedor hace parte de una fundación, llamada Proyecto unión, y antes recibía también a jóvenes, pero por motivos de conducta altanera, violenta, y peligrosa dejaron de aceptarlos por la seguridad de los trabajadores y los ancianos que utilizan el comedor. El comedor en primer lugar tuvo un método de sanción para aquellas personas que llegaban drogadas al comedor pero al final no funcionó del todo y se concentraron por tal motivo únicamente en los ancianos. Aunque hay casos como cuando sobra comida que se les da a algunos jóvenes, niños o madres cabeza de hogar.
La fundación, que tiene el comedor comunitario entre sus proyectos, se sostiene de donaciones, y procura incentivar un buen comportamiento entre los ancianos al alejarlos de las drogas, porque es el factor principal por el que estas personas llegan a robar y a ser conflictivas entre sí mismas y con todo el mundo.
Durante la charla, la mujer nos comentó que varias veces las mismas personas que utilizan este servicio buscan colaborar trabajando en el comedor; por otro lado también hay algunos ancianos que sufren de Alzheimer o la misma vejez, según la mujer, los vuelve roñosos.
El número de personas que atienden entre las 11:30 y 13:00 de lunes a viernes, es de 2 turnos y medio, cada uno compuesto por 64 personas, dando un total de 160 personas en ese horario.
Análisis.
Después de haber recorrido cuatro comedores comunitarios que contratan con la secretaría de integración social, es decir el distrito, y haberlos encontrado cerrados por límites y renovaciones en los contratos, como fue el de la candelaria, el de la carrera 8va # 17-50, el de la calle 21 con carrera 3ra, y el de la calle 22 con 1ra, redujimos nuestra salida de campo al comedor de la calle 6ta con carrera cuarta, del barrio Belén, ya que este pertenece a una fundación y trabaja sin dependencia de la administración distrital.
Estos hechos nos permiten inferir que la atención en los comedores comunitarios no es constante dadas las vicisitudes contractuales o de otro tipo que no podemos, pues, saber pero que a fin de cuentas mantienen a algunos de ellos cerrados por completo, lo que impide que se preste el servicio de alimentación a la comunidad del sector.
Por otro lado la observación que se pudo realizar da cuenta de resultados positivos, en tanto que los beneficiarios del comedor visitado son personas de la tercera edad, que no solamente con pagar $200 pesos tienen acceso al almuerzo, sino que también hay un contrato por parte de la misma fundación para que estos tengan la posibilidad de pasar la noche en otro lugar diferente a la calle.
Se evidencia cierto grado de organización en el comedor y además una atención integral a los ancianos, a quienes se incentiva a permanecer limpios, a mantenerse alejados de las drogas y en general a rescatar la dignidad e inculcar la convivencia entre ellos mismos.
La fundación Proyecto Unión centra sus esfuerzos en la población vulnerable de la tercera edad, dejando de lado, a los jóvenes y adolescentes de la calle , lo que para nada es reprochable pues como ellos mismos afirmaban, no es fácil tratar con personas drogadictas y agresivas.
Parece acertado concluir que la prestación del servicio de los comedores comunitarios en el distrito, partiendo de nuestra visita a cuatro de ellos, y sin haber hecho un estudio más profundo, pero sí del sector que podríamos denominar del centro, encontramos que en manos de organizaciones privadas sin ánimo de lucro éste servicio es más eficiente, sin interrupciones.
Puede darse el caso también que la información que la página web nos brinda, este desactualizada y los cambios realizados en los últimos periodos no estén todavía accesibles en la red.
Creemos que si bien las condiciones de vida, tanto laborales y sociales, de estas personas que asisten a los comedores; no son solucionadas por completo por el distrito, estas funciones y los mismo comedores comunitarios alrededor de la ciudad, son un aporte significativo en algo tan básico como es la alimentación y la nutrición de la persona; simultáneamente colaboran con la recuperación de la persona, tanto física, como psicológicamente y brindan una ayuda como ciudadanos a los demás.
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