¿Qué nos queda?

Tal vez muy pronto, o tal vez cuando toca, nos despedimos y también despedimos un año lleno de varios contrastes y hechos apabullantes como una pandemia que generó un aislamiento que como consecuencia ha dejado un desempleo nunca antes visto en nuestra ciudad, una Bogotá que poco a poco avanzando implementando planes de desarrollos que satisficieran las necesidades de una ciudad que necesitaba más educación, empleo e inclusión social, porque Bogotá es la ciudad de todos. Nos despedimos con una Bogotá que eligió por primera vez una alcaldesa homosexual y una administración que enfrenta diversos retos, como lo son la misma pandemia, pero también el avance del proyecto ‘Metro de Bogotá’, la inminente transformación de la séptima y una crisis ambiental por el exceso de dióxido de carbono en el aire.

Sabemos que este año tenía expectativas muy altas para los bogotanos por la elección del segundo cargo más importante del país, pero aquí estamos, con una realidad que nos enseñó a llevar un día a la vez y nos demostró lo resilientes que podemos ser, la reactivación económica que, aunque ha sido lenta, ha sido un reflejo de ello, dejando beneficios que ya están empezando a notarse. Aunque como siempre,


las preguntas todavía abundan, ¿hasta cuando todo esto? ¿Cómo será la ‘Bogotá Post Pandemia’? solo queda esperar y seguir reconstruyendo poco a poco, lo que un misterioso virus les arrebató a muchos de los que vivimos en esta bella ciudad, y hacer de esta, una renovada, más solidaria, cuidadosa del entorno, segura y por qué no, más emprendedora.

De nuestra parte solo queda un poco de nostalgia y desconcierto, pero también, mucha incertidumbre sobre lo que acontece día a día en nuestra ciudad, estamos completamente convencidos de que la resiliencia en esta situación, ha sido la protagonista, y que Bogotá seguirá siendo esa ciudad donde el pacífico, el caribe, el llano y el amazonas se encuentran en un solo lugar, y es este, la capital. Nos vamos con cierta ilusión y esperanza, con las ganas de ver como todo pasa y al final miraremos atrás como si todo esto hubiera sido una película. Nos vamos también con la experiencia y responsabilidad de observar a nuestra ciudad con ojos atentos, abiertos y críticos, ojos que por supuesto jamás dejaremos y que nos enseñaron a concientizarnos más en el entorno en el cual vivimos y analizarlo con miras al futuro.

Finalmente, no queremos irnos sin antes agradecer los aprendizajes obtenidos a lo largo de este año que también nos permitieron empezar a ver a Bogotá con una perspectiva diferente y profunda, dicen que de todo siempre queda algo y a nosotros nos quedó el aprendizaje de una Bogotá llena de retos. Quisiéramos irnos con unos versos que alguna vez dijo el poeta capitalino Fernando Charry Lara sobre esta ciudad, pues en ‘Madrugada’  captura una imagen de Bogotá de la que disfrutamos analizar y detallar y que sin duda esperamos seguir observando:

Ciudad de los adioses, invernal, cilo gris

donde la hora impalpable amanece

con un monótono color ya repetido.

Hay quien intenta, junto a los muros

de sus turbias esquinas silenciosas,

descubrir la hermosura secreta por el aire

ante la madrugada en el recuerdo

de un día que no ha sido.

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